Los datos definitivos del estudio que el Gobierno de la Ciudad le encargó a la UBA sobre el impacto que generan los conciertos en el River Plate en las construcciones cercanas demostraron que las vibraciones pueden sentirse hasta 3 kilómetros del estadio. Y aunque los vecinos denunciaron grietas y deterioros estructurales en casas y edificios, el informe negó que produjeran daños "estructurales o no estructurales" sobre los edificios.
Los funcionarios que difundieron el estudio admitieron que no se puede discutir la molestia que generan las vibraciones. Graciela Gerola, de la Agencia de Protección Ambiental, contó: "Las lámparas, macetas y adornos se mueven. Es molesto, pero no generan grietas", concluyó con el estudio en sus manos. Y contó que las denuncias llegaron de vecinos que viven a pocos metros del estadio, pero también de otros que están a 2 o 3 kilómetros.
Mónica y Octavio viven en Sucre y Astilleros, a más de 1 km del monumental, y cuentan: "Nuestro edificio se mueve mucho con los recitales. Pero también nos llegan vibraciones desde el Campo de Polo. Por suerte en el estadio de Excursionistas sólo padecimos un show, pero ese día creíamos que se nos caía el edificio. Los movimientos nos generan mucha incomodidad y temor", contaron a Clarín.
En cada concierto en el campo de River se cubre el suelo con un plástico rígido. Una solución para mitigar el problema lo bueno sería desarrollar un suelo más elástico, que atenúe los saltos. "Lo pone el club o la empresa organizadora de los shows. No es nuestro problema, vamos a controlar que se haga", dijo ayer Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gabinete porteño. Y confirmó que sólo se realizarán 10 conciertos por año.
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